martes, 23 de marzo de 2010

Volver a hacerlo?


Era su cumpleaños y no pude resistir la tentación de llamarle, hacia muchos meses que no sabia nada de él, demasiados. Cuando le llamé estaba subido en una escalera, le insinué que tal vez le había llamado en mal momento pero me contesto que no, que yo nunca llamaba en malos momentos, que se alegraba de escucharme después de tanto tiempo y que había sido la primera en felicitarle, ni siquiera sus hijos se habían acordado aun.
Charlamos un buen rato, nos pusimos al día de todo pero en el fondo parecía como si nos hubiéramos visto la noche anterior.
-No te he llamado porque pensé que era lo mejor, aunque me moría de ganas de saber de ti- Le di las gracias por ello, fui yo la que decidió que no debíamos volver a vernos y que teníamos que cortar toda relación y él lo cumplió.
-Te echo de menos, ¿Por qué no vamos a cenar una noche de estas? Si te apetece, claro.-
Y claro que me apetece. Ni se imagina lo mucho que me apetece y se lo dije así. Nunca nos hemos escondido nada. Porque decir que sientes algo cuando no lo sientes o al revés, porque negarlo cuando realmente lo sientes.
-Llámame tú un día antes para organizarme- me dijo- tengo ganas de volver a besarte, me encantan tus besos.
Y a mi los tuyos- le contesté yo. Y no le mentí.
Así que aquí estoy de nuevo, pensando que no debo hacerlo pero muriéndome de ganas de hacerlo.

martes, 2 de marzo de 2010

Las dos caras de la moneda


Susana tiene el mismo trabajo del año pasado, funcionaria, los mismos hijos que el año pasado, dos, su marido del que esta separada hace años le pasa la misma pensión y cuando la llamo para hacer algo no puede salir ni de copas ni a cenar porque hay crisis y el dinero no le llega. El año pasado le llegaba y además hasta podía permitirse irse de vacaciones un mes, ¿Cómo puede ser que ahora no?
Carmen se quedó sin trabajo y ahora hace de ama de casa. Anda todo el día quejándose de que no tiene tiempo para nada, que todo el día va con prisas, y cuando le pedimos que por favor organice la cena anual que hacemos un grupo de amigas nos sale con que no tiene tiempo porque esta haciendo un cursillo del ayuntamiento de inglés para comercios y que nos encarguemos nosotras. ¿Cómo se las arreglaba cuando trabajaba ocho y diez horas diarias?
Leonor esta en el paro, cobra casi lo mismo que cuando trabajaba, ella siempre decía que con lo que ganaba su marido ella no necesitaba trabajar, que lo hacía porque quería sentirse útil. Su marido tiene el mismo trabajo que antes y no peligra que lo despidan porque es de los pocos negocios que siguen viento en popa. Se esta quejando todo el día de que el dinero no le llega y que esta cansada de hacer cuantas para llegar a fin de mes. Yo creo que esta aburrida y quiere ser como los demás, monotemática, crisis y más crisis
La otra cara de la moneda es Antonia mi compañera de trabajo, separada y con un ex – marido que ha pasado siempre de ella y de los niños la empresa donde trabaja, sector de la construcción, va de mal en peor y ella hace meses que no cobra, sobrevive de ir a limpiar oficinas a altas horas de la noche o de la madrugada y como yo con el pluriempleo de camareras del bar los fines de semanas y aun y así cada noche que podemos después del trabajo que no nos quiten nuestro ratito de copas y rock and roll.