viernes, 27 de noviembre de 2009

Caos


Tengo la sensación de que me estoy hundiendo poco a poco. En una vorágine de mierda y suciedad física y de impotencia e incapacidad mental. Nada es lo que quiero en la vida, o casi nada y lo malo es que no estoy haciendo absolutamente nada para cambiarlo. Me cuesta, me da pereza, no se por donde empezar. Me da pereza todo, incluso leer y escribir que eran unas de las cosas con las que disfrutaba. Me da la sensación de que por mucho que hago no avanzo ni tan solo un pequeño paso, ni uno.
Necesito un amigo, un amigo a quien poderle contar todo lo que siento, un amigo que me heche una mano, alguien que venga a mi lado, que me apoye, que tenga un mismo proyecto de vida. No se porque estoy escribiendo total ¿para que?, ¿de que me sirve?, ¿quien va a leerlo?, ¿a quien le importa?. Hice un blog para ir escribiendo cosas, tristes, alegres, vitales... pero solo me salen cosas sin sentido. Tengo montones de borradores, de mi vida, de lo que siento, de lo que me pasa. Todos empezados, ninguno terminado, soy inconstante en todo por eso en mi vida se ha instalado el caos. Ni siquiera soy capaz de hacer una lista de cosas por las que empezar y las pocas veces que lo he hecho ni siquiera soy capaz de terminar la primera de la lista. Ni siquiera me apetece terminar este post así que ...FIN. Quizá mañana lo vea todo de otro color.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Recordando illa reunion


Hoy es su cumpleaños,cumple 49. Nos quisimos como se puede querer la gente en la distancia. Fuimos el uno para el otro ese amor platónico e imposible que sabes a ciencia cierta que nunca se convertirá en realidad.
Nos unía algún rato por el mesenger cuando nos dejaban a solas, la llamada de cada mañana a la hora de la merienda, las canciones que nos hicimos nuestras y largos correos donde hablábamos de todo. Nunca más he vuelto a hablar con nadie de tantas cosas como con él.
Un día el decidió que lo mejor para los dos era que perdiéramos el contacto, decía que había dejado de verle una razón a todo esto y no sin sentirlo ni sin intentar convencerle que era una tontería buscarle sentido, desaparecimos el uno de la vida del otro. Ese era nuestro pacto, cuando uno no se encontrara cómodo con esa relación el otro no haría nada para seguir reteniéndolo.
Han pasado años desde entonces pero yo he roto ese pacto una vez al año, el día de su cumpleaños. Solo eran cinco minutos pero al menos sabia que él seguía aquí, y que estaba bien. El también lo rompía el día de mi cumpleaños, a la misma hora de nuestra llamada de las mañanas me mandaba un mensaje felicitándome.
Hace dos años de su móvil salto el contestador. No he recibido su mensaje por mi cumpleaños y este año sigue poniéndose el contestador en su móvil.
Estoy triste, no quiero pensar que le haya podido pasar nada malo, prefiero pensar que decidió que lo mejor era desaparecer definitivamente. Por esto este mensaje, lo dejare aquí, quizá algún día por una de esas casualidades de la vida pase por aquí, por illa reunión, nuestra isla y lo reciba.
Feliz cumpleaños George.