Miercoles 22.10 de la noche. Tengo tanto trabajo que he terminado llevándomelo a casa, me había prometido a mi misma que nunca lo haría, pero aquí me tenéis...en casa y trabajando.
Pero no quería que este primer día de algo tan "importante" (va de coña) fuera un día normal, así que para empezar he limpiado la mesa del ordenador:
-El cenicero lleno de colillas...todas a la basura.
-Las tazas de desayuno de los últimos tres días...todas en el lavavajillas.
- Todos los papeles llenos de anotaciones que ya ni recuerdo que son ni porque las anoté...en la bolsa del reciclado de papel
-Todos los bolis y lapices esparcidos por la mesa... en el bote de "Los angeles Lakers" (quien sabe de donde a salido este lapicero)
-Todos los cds mezclados, que me costara unos días descubrir cuales son los grabados y cuales los en blanco... en la estantería de cds.
-Y para finalizar limpia muebles y un buen trapo que cambia el polvo por brillo...et voila (no se si se escribe así) la mesa del ordenador ya no parece la mesa del ordenador.
Orgullosa de mi y prometiéndome a mi misma que mañana cogeré a mi futbolista (mi hijo pequeño) y cómplice conmigo de que esta mesa estuviera así como estaba para que me prometa por..por... (no se por quien) que me ayudara a que al menos nos dure hasta que yo este al día con mi trabajo.
Y para celebrarlo estoy escribiendo esto con una copa de vino blanco bien fresquito y unos berberechos, que trabajar voy a trabajar, pero... ¡Que estamos en verano y a mi lo que me tocaba era la media jornada!