La crisis hizo que la empresa donde trabajaba de administrativa redujera mi horario y ahora tengo dos empleos, la oficina y el bar. Dos trabajos muy distintos. El bar es mucho más cansado físicamente pero no se si lo prefiero al cansancio mental de la oficina y más en estos tiempos de crisis donde todo son problemas por la falta de liquidez.
El bar es el típico bar de pueblo marinero pequeño. Durante el invierno somos los de siempre, después en pleno verano la población pasa a triplicarse.
Los primeros 15 días de junio y los últimos de septiembre son los mejores para disfrutar del pueblo y del mar, de los paseos a pie o en bici, de pescar, ir a buscar cangrejos, cenas y comidas marineras, paseos en canoa, a vela, primeros baños...las cervezas en la terracita. Después Julio y Agosto son meses de mucho trabajo, de demasiada gente, de muchos coches, de guiris, de gente con dinero con barca muy grande y que poca cabecita...
Así que estoy aprovechando a tope lo poco que me queda antes de que esto se llene a los topes, y no solo yo lo estoy disfrutando si no que todos los lugareños estamos igual.
El 15 de junio con el final de la escuela nos cambia el humor y no es porque los nenes tengan vacaciones y los veas corretear por el pueblo con sus bicis, sus cañas de pescar... si no porque nos da la sensación de que nos invaden. Dejamos de ser los dueños del pueblo para convertirnos en los criados de toda la pijeria o peor aun de todo guiri barribajero con el todo incluido que es tan inculto que se cree que el todo incluido es todo el pueblo, todos los bares y hasta los regalos que quieren llevarse a casa para sus amigos. Ni os imaginais el daño que ha hecho al turismo el todo incluido de los hoteles.
El bar donde trabajo tiene la suerte de ser diríamos el bar del pueblo, vivimos de la gente que vive en el pueblo todo el año y en verano de la gente que baja de los pueblos del interior. Si fuera un bar dedicado al turismo exterior habría cerrado hace ya mucho tiempo.
Cada día por la mañana vemos pasar hacia la playa los guiris con su pulsera: roja, verde, azul, blanca, dependiendo del hotel y con una bolsa llena de comida y bebida que han cogido del todo incluido del hotel. Después desaparecen hasta que vuelves a verlos pasar por la tarde rojos como tomates, ya sin bolsa.
Hace años después los volvías a ver pasar por la noche para ir a cenar o a hacer unas copas pero ahora ya no, ahora quedan en el bar o en la disco del hotel donde siguen teniéndolo todo incluido.
Aprovechando lo poco que me queda para empezar a tope, dentro de una semana me voy cuatro días de vacaciones, solo hemos pagado el hotel y los pasajes, ni siquiera desayuno. Quiero conocer la zona, convivir con la gente, probar su comida, si no, ¿para que me voy de viaje? Para quedarme todo el día encerrada en el hotel me alquilo una habitación en el hotel de la esquina y me meto allí una semana, me ahorrare el viaje y puede que hasta me salga más barato que estar en casa.
